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Medicina del Dolor

El dolor es una sensación originada en el sistema nervioso.

El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o constante. Se puede sentir dolor en algún lugar específico del cuerpo, como la espalda, el abdomen o el pecho o sentir dolor generalizado, como los dolores musculares durante una gripe.

El dolor puede ayudar a diagnosticar un problema. Una vez que el problema se trata, el dolor suele desaparecer. Sin embargo, a veces el dolor continúa durante semanas, meses o años. Esto se conoce como dolor crónico. Algunas veces el dolor crónico se debe a una causa constante, como cáncer o artritis. Otras veces la causa es desconocida. Un apersona puede tener más de un tipo de dolor crónico al mismo tiempo.

Afortunadamente, existen muchas formas para tratar el dolor. El tratamiento varía dependiendo de las causas del dolor.

En nuestra consulta de Medicina del Dolor le ofrecemos un tratamiento integral del dolor:

  • Emocional: “Reprogramación”, si procede, de la vivencia emocional del dolor y de las distorsiones de los pensamientos que el dolor puede estar produciendo en la vida del paciente y sus allegados.
  • Farmacológico: En caso de que no se tenga una prescripción de tratamiento farmacológico por su especialista habitual.
  • Técnicas analgésicas no farmacológicas:
    • Acupuntura
    • Auriculoterapia
    • Estimulación Eléctrica Transcutánea (TENS)

La eficacia de la acupuntura y de la auriculoterapia generalmente han venido siendo explicadas desde las teorías de la medicina tradicional china. No obstante una parte importante de sus efectos contra el dolor pueden explicarse actualmente sobre fundamentos neurocientíficos.

Desde el punto de vista de la neurociencia actual, tanto las punciones con agujas extremadamente finas y prácticamente indoloras, como los estímulos eléctricos de baja frecuencia producen una “señal de alerta” sin producir lesión que, a modo de cortafuegos, interfiere con la transmisión de las señales del dolor. Ésta es una de las hipótesis propuestas.

Otra de las hipótesis apunta a que los citados estímulos producen la liberación de determinadas sustancias neuromoduladoras que interfieren con las señales neuroquímicas del dolor.

No faltan quienes proponen hipótesis mixtas indicando que ambos mecanismos pueden actuar colaborando entre ellos.

Cada una de estas hipótesis se apoya en evidencias científicas contrastadas.